Lámina Santa Fermina de Amelia

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Fermina es una Santa Italiana nacida en la ciudad de Roma. A los 22 años tuvo que escapar de su ciudad natal, ya que el emperador Diocleciano estaba persiguiendo a todos los católicos para encarcelarlos y darles muerte si es que no abandonaban su religión.  Mientras huía en barco, empezó una terrible tormenta que estaba por hundir la embarcación. Desesperada subió hasta la cubierta donde enormes olas rompían, se puso de rodillas y se puso a rezar.  A penas terminó sus plegarias, la tormenta se calmó, las olas pararon, y las nubes empezaron a abrirse ante los rayos del sol.  Toda la embarcación quedó impresionada, y es por eso que hasta el día de hoy en día se le conoce como la patrona de navegantes.

Una vez que llegaron a puerto, Fermina decidió vivir sola en una cueva, donde se dedicó a la oración.  Poco a poco empezó a hacerse conocida, y la gente acudía a ella para pedirle favores, ella los ayudaba y les enseñaba el evangelio, pero cuando su fama se hizo muy grande, decidió marcharse a Amelia.

En Amelia continuó con la vida solitaria, pero ya era muy conocida por sus predicas, por lo que no pasó mucho tiempo antes que el emperador la mandara a buscar para encerrarla en prisión.  Mientras la interrogaba, quedó sorprendido por la belleza de la Santa y trató de conquistarla, pero ella se negó explicándole que su vida y pureza estaban dedicadas al Señor.  Su don para hablar bien fue tal, que terminó por convertir y bautizar al emperador bajo la religión católica y más encima consiguió que la liberara.

Cuando las autoridades supieron de este hecho se enojaron mucho y volvieron a encarcelar a Fermina.  Le dieron la oportunidad de retractarse de su fe, pero ella se mantuvo firme, y como castigo fue condenada a morir en la hoguera.  Estando el fuego listo Fermina empezó a rezar, haciendo que el humo la envolviera y la elevara hasta los cielos junto a los ángeles, los santos, La Virgen y Dios Padre.

 

Festividad: 24 de Noviembre

Patronazgo: Marineros y Navegantes