Lámina San Pascual Baylon

$31.990

Este santo español llamado así por haber nacido en 1540 el día de pascua, tuvo un gran amor durante toda la vida que fue la Sagrada Eucaristía. Contaba el dueño del campo en el que trabajaba como pastor, que el mejor regalo para Pascual de niño era permitirle asistir algún día entre semana a Misa. En los campos donde cuidaba las ovejas, a veces alcanzaba a ver la torre del pueblo y se arrodillaba a adorar el Santísimo. Un día otros pastores le oyeron gritar: “¡Ahí viene!, ¡allí está!”. Y cayó de rodillas. Después contó que había visto a Jesús presente en la Santa Hostia.
A los 24 años pidió ser admitido en los Franciscanos. Al principio se lo negaron por su poca educación, ya que apenas había aprendido a leer.
Como religioso franciscano sus tareas fueron siempre los más humildes: portero, cocinero, barrendero. Su gran especialidad fue siempre un amor inmenso a Jesús, en la Eucaristía. Cualquier rato que tuviera libre lo usaba para adorar al Santísimo en la capilla incluso en las noches pasaba horas ante el Santísimo Sacramento.
Un día sus superiores lo enviaron a Francia a llevar un mensaje. El camino estaba lleno de protestantes y llegando a Francia, descalzo y con una túnica vieja, lo rodeó un grupo de protestantes desafiándolo a que les probara que Jesús sí está en la Eucaristía. Pascual que no había hecho estudios y apenas si sabía leer y escribir, habló de tal manera de la presencia de Jesús en la Eucaristía, que los demás no fueron capaces de contestarle.
Hablaba poco, pero cuando se trataba de la Sagrada Eucaristía, entonces sí se sentía inspirado por el Espíritu Santo. Pascual siempre estaba alegre, sobretodo cuando ayudaba en Misa o cuando podía estar un rato rezando ante el Sagrario del altar.
Pascual murió en la fiesta de Pentecostés de el 17 de mayo de 1592.
Cuando estaba moribundo, en aquel día de Pentecostés, oyó una campana y preguntó: “¿Qué suena?”. “Están en la elevación en la Santa Misa”. “¡Que hermoso momento!”, y murió plácidamente.

Festividad: 17 de Mayo

Patronazgo: de los Congresos Eucarísticos