Lámina San Sebastián

Sebastián fue un joven francés dedicado a la disciplina militar en Italia, bajo el mandato del emperador Maximiano.  El resto de los soldados de su ejército rendían cultos paganos, pero él no participaba, porque se mantenía fiel a su religión católica y sólo adoraba a Jesús.  Se dedicaba a ayudar y enseñar a sus compañeros acerca de Dios, y apoyaba a otros cristianos que por su fe católica habían terminado presos.

Un día, un soldado de su corte decidió acusarlo ante el emperador (quien negaba a Dios).  Maximiano al saber que uno de sus mejores soldados adoraba a Cristo, se enfureció, y le preguntó si es que prefería ser soldado o seguir a Jesús.  Sebastián se llenó de valentía para responderle con la verdad, él prefería ser cristiano a ser soldado.  Esa respuesta enojó aún más al emperador, condenando al Santo a perder la vida.  Sebastián, a pesar de que sentía mucho susto, decidió mantenerse firme y confiar en el Señor. 

A la mañana siguiente el emperador dio la orden, y miles de flechas volaron desde los arcos del ejército hacia el Santo, pero ninguna logró hacerle daño. ¡Era un milagro y Dios lo había salvado!  Dicen que si uno mira con detención, todavía se pueden ver algunas de las flechas que quedaron clavadas en lo más alto del poste de la plaza donde lo habían amarrado.

En vez de escapar a otra ciudad, Sebastián permaneció ahí mismo, aceptando que lo volverían a condenar nuevamente.  Este hombre es un testimonio de fe y valentía, ya que se atrevió a contradecir al emperador, con tal de mantenerse fiel a sus valores y creencias.

Festividad: 20 de Enero

Patronazgo: Arqueros y Soldados