Lámina Santa Rita de Casia

Santa Rita nació en un pueblo llamado Casia, en Italia.  Desde muy chica sintió la vocación de convertirse en monjita y servir a Dios a través de la oración y ayudando al prójimo.  Sin embargo, como era un hija muy obediente, le dio el gusto a sus papás que insistieron en que debía casarse.

Su marido no era cariñoso, por lo que Rita tuvo que pasar por mucha pena y dolor. Tuvieron gemelos que también tuvieron un carácter difícil como el de su papá.  Con mucha paciencia ella rezaba todos los días para que ellos se convirtieran de corazón, llegado a ser buenas personas.  Todo lo que Santa Rita pedía se cumplía, y con los años, tras la muerte de su marido, sus niños se convirtieron en hijos ejemplares y amorosos. 

Una vez viuda, fue al convento a pedir permiso para entrar como monjita.  La madre superiora le dijo que era imposible, ya que sólo entraban mujeres solteras, y ella era casada y había tenido hijos.  Nuevamente, rezó sin cansancio para que Dios la ayudara a cumplir el sueño de ser consagrada. Dios la escuchó, y la transportó milagrosamente al interior del Convento, donde todas las demás monjitas finalmente la aceptaron.

Santa Rita no se cansaba de pedirle a Dios, esta vez quería sentir lo que Jesús sintió en la cruz.  La prueba que ella pedía se cumplió cuando vio que un crucifijo que tenía en su velador se movía, y una espinita de la corona de Jesucristo se soltó y se puso en su frente para siempre.  No cabía más alegría y dicha en su corazón, se sentía bendecida.

A Santa Rita se le conoce como la “abogada de los imposibles” porque a lo largo de su vida nos demuestra que la paciencia, la oración y la fe en Dios, son capaces de hacer que cualquier cosa sea posible.

Festividad: 22 de Mayo

Patrona de las Causas Imposibles

Frase Célebre: “Los obstáculos son enseñanzas para el espíritu”